Se estima que alrededor de ocho millones de personas en el mundo sufren la enfermedad de Chagas, aunque la fundación Mundo Sano, que trabaja para erradicarla, cree que podrían ser muchos más los afectados. Gran desconocida para muchos, se trata de una enfermedad parasitaria que se transmite a través del contacto con diferentes tipos de chinches que habitan principalmente en zonas rurales de América Latina. Sin embargo, su modo de transmisión más común es de madre a hijo y, por ese motivo, al año nacen nueve mil bebés infectados. «La herencia de una mamá debería ser el color de ojos, la sonrisa, la manera de pensar o la forma de moverse, no el Chagas y, por eso, queremos concienciar a la sociedad, en especial a los médicos, para que se prevenga esta enfermedad», explica Silvia Gold, presidenta de la fundación.
El mal del Chagas se suele vincular con sociedades empobrecidas, donde tradicionalmente estaba más presente, aunque ahora, con las migraciones de las zonas rurales hacia las urbanas y hacia otros países, las cosas han cambiado. Como explica Rebeca Grynspan, secretaria general de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), «no solo la sufren otros, sino que la sufrimos todos». Es más, «se cree que la madre es la culpable, pero no lo es», añade. Con el Chagas nos encontramos ante una enfermedad silenciosa e invisible para la sociedad, ya que sus síntomas son irreconocibles hasta que el paciente colapsa.
«El Chagas tiene cura y es fácilmente detectable en bebés, niñas y mujeres jóvenes»
A pesar de todo, «el Chagas se cura y no es complicado: es fácilmente detectable en bebés, niñas y mujeres jóvenes», explica Silvia Gold. Lo primordial es tratar a la futura madre antes de que se quede embarazada para que el bebé nazca sano y esto se puede conseguir desde las consultas de ginecología. «Algo tan fácil como hacerle una prueba muy sencilla y barata a las mujeres cuando se realizan su primer chequeo conseguiría detectar la enfermedad en un estadio temprano».
Para Javier Martos, director de Unicef Comité Español, «es esencial trabajar con los líderes de las comunidades, con los líderes religiosos, con la atención primaria de la sanidad pública, con los centros educativos, con empresas privadas y con los propios niños, niñas y adolescentes». Asegura que «el empoderamiento de los afectados es esencial para que se empiece a escuchar su historia».
Con la campaña Ningún bebé con Chagas, promovida por Mundo Sano, la OMS y Unicef, se incluye la erradicación de esta enfermedad en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pedro Albajar, director del programa de Chagas de la OMS, afirma que «para 2030 tendrán que desaparecer todas las enfermedades tratables y curables que todavía existen y, con compromiso, el Chagas podrá erradicarse fácilmente». Además, para visibilizar esta enfermedad y remover conciencias, la OMS estudia proponer el 14 de abril como el Día Mundial del Chagas. La fecha ha sido elegida meticulosamente: se trata del día en que el doctor Carlos Chagas diagnosticó en Brasil a la primera bebé infectada, una niña de tan solo dos años de edad.
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